lunes, 11 de septiembre de 2017

Entrevista a Eduardo Risso


Su paso por el festival Viñetas desde o Atlantico fue un auténtico vendaval. Y es que el artista argentino, padre de criaturas tan célebres como "100 Balas", "Dark Knight III", "Lobezno: Logan", "Antes de Watchmen", o la muy esperada "Torpedo: 1972" (que estrenaba en primicia en estas fechas), no pasó inadvertido ante las legiones de lectores y admiradores que fervientemente aguardaban su paso por la ciudad de A Coruña. Con él pudimos compartir unos muy gratos minutos y descubrir algunas curiosidades sobre su extensa trayectoria profesional en el mundo de los cómics, que a continuación desgranamos en la entrevista que nuestro reportero Roberto M. Lamosa tuvo ocasión de hacerle.


                                                              _______________________________


Hola Eduardo. Preparando esta entrevista he podido ver tu carrera en perspectiva desde sus inicios y he intentado compararla con el panorama actual del cómic argentino, que personalmente creo que está viviendo un gran momento, al menos en cuanto a autores que consiguen una proyección internacional, pero en tu caso tus comienzos no fueron muy fáciles allí en Argentina ¿Cómo viviste aquella época, siempre tuviste claro que te querías dedicar a esto?

No fue fácil… creo que al principio yo tenía una especie de fuerza que me motivaba y era el hecho de decir – yo quiero hacer esto y lo voy a hacer cueste lo que cueste – Y en verdad llegué muy temprano, muy rápidamente, porque desde mi pequeño pueblo donde yo tomé esa decisión a Buenos Aires fueron dos años, allí es donde estaban las editoriales y en dos años yo ya estaba publicando profesionalmente. El hecho es que, después el camino se empezó a poner difícil por las crisis… si no eran en Argentina eran en el mercado europeo y eso me llevó a ir saltando de mercado en mercado. Pero bueno, aquí estamos, todo fue superado con el tiempo y yo creo que siempre he sabido capitalizar cada una de esas crisis, al tener muy en claro qué era lo que me gustaba y es por eso que hoy puedo dar consejos y decir que en verdad la altura de los problemas la ponés vos mismo, porque las crisis siguen estando y van a seguir estando ahí. Y después están las cuestiones personales que te llevan a tomar tu propia decisión, más allá de lo que pueda ocurrir a tu alrededor.

Y sorteando estas crisis, pasaste por mercados como el italiano o el español y desde Europa finalmente darías el salto al estadounidense, que no sé si fue el que te abriría las puertas definitivamente…

Sí probablemente…

¿En este caso sería 100 Balas la serie que te ayudó más significativamente dándote el respaldo que te faltaba?

Sí, yo creo que 100 Balas significó eso. Siendo un trabajo largo, un trabajo que ha obtenido el reconocimiento de la gente a través de… más que mérito nuestro, más ese boca en boca que fue poniéndonos por encima de algo que nosotros suponíamos que podía suceder. Y bueno, con el tiempo y en una serie tan larga, de alguna manera te instalas no solo en un mercado sino que también a nivel internacional. Ese reconocimiento no lo había obtenido en el mercado europeo, que bien es cierto que… yo publiqué no solo en Italia, también en el mercado francés, que es uno de uno de los más importantes de Europa. Publicaba en Francia cosas que hacía para el mercado italiano y el mercado italiano es muy particular, entonces no es lo mismo lo que haces directamente para Francia que si le vendes un producto que no es hecho particularmente para ellos. Al final nunca sabes si las cosas funcionarán de la misma manera en un lado que en otro.

¿Te brindó alguno de estos trabajos libertad creativa, o libertad de elección, al menos para escoger con quién trabajar o en qué proyectos?

Sí, siempre tuve libertad creativa, porque si hay algo que he tenido en claro es que yo le tengo que demostrar al guionista que él debe confiar en mí. Mucho de lo que él quiere contar en palabras lo puede depositar en mi narración gráfica y entonces es ahí donde yo, sin conocerlo al principio de todo, le doy la opción de – mira, si vos me pedís que yo te haga AB, yo te voy a dar ABC y si me pide ABC, yo le daré ABCD – Trato de ir un poco más allá con la narración gráfica, con las imágenes de lo que él me propone. Entonces en particular eso ayuda a que lo que hablábamos antes, de que el equipo de alguna manera se vaya consustanciando, se vaya entrelazando, así el feedback es mucho mejor. Tengo anécdotas que podría contar acerca de eso y bueno… donde los guionistas si realmente están de acuerdo que están haciendo historietas, esa libertad te la dan absolutamente.

Y por ejemplo esa relación con Brian Azzarello fue especialmente larga, más de diez años durante la serie… ¿Pero realmente cómo llegó hasta tus manos 100 Balas? ¿Fue él quien te lo propuso?

Bueno, en realidad él había vendido el proyecto a Vertigo, se lo había propuesto y necesitaban un dibujante. En aquel momento un editor, Axel Alonso, que ahora está en Marvel, tenía tres opciones que creía que eran los artistas posibles y tuve la suerte de que en aquel momento, si te acordás funcionaba el fax, entonces él le iba a pasar por fax desde Nueva York a Chicago (que es donde Brian vive) muestras de los tres autores y yo tuve la suerte de que fui el primero. Solamente cogió la primera página Brian y dijo – este es el dibujante que yo quiero – Los otros no los vio, no sabía quiénes eran.

Parece un tipo muy particular ¿cómo es tu relación con él personalmente?

(risas) Mira, te voy a contra una anécdota. Trabajamos durante tres años sin conocernos en persona, él intentó llamarme una vez en Argentina pero yo hablaba muy mal inglés, hoy en día tengo un inglés muy pobre pero me puedo defender, pero en aquel momento no hablaba nada. Entonces me llamó y… (gesticula expresiones de rareza)… sí… bueno… vale, mejor sigamos comunicándonos por email y así lo hicimos (risas). Tres años después, por fin nos conocimos en la Comic Con de San Diego, eso fue más o menos a esta hora, a media mañana y a la tardecita/noche ya estábamos compartiendo cervecitas… las cervezas de maravilla (risas). Pero él me confesó que tenía mucho temor de que se rompiera esa magia que habíamos creado de trabajar en la distancia, donde funcionaba todo perfectamente; que se rompiera por el hecho de cómo es conocer a una persona, que te puede caer bien o no tan bien y ahí puede haber un rompimiento. No ocurrió eso, por el contrario, es como si hubiéramos nacido al lado, en casas contiguas, porque teníamos códigos muy parecidos y sobre todo teníamos muy en claro cómo hacer cómics y qué era lo que queríamos para hacer cómics. Entonces es muy fácil montar un equipo así.

En tu carrera también ha habido títulos muy destacados dentro del mundo de los superhéroes, hemos podido ver tu dibujo al servicio de Logan o Batman entre otros ¿Pero cuál es tu relación con los superhéroes, te sientes cómodo con ellos?


No, no me siento nada cómodo porque no me los creo a los superhéroes. Me gustan las historias de gente común, que sufre, que vive… Vengo de un país donde todo es muy duro y no veo a gente que dispare rayos por los ojos (risas), si existieran súper se arreglarían muchas cosas que no deberían ocurrir en el mundo y sin embargo... Es muy naif el superhéroe para mí, me cuesta mucho meterme en el traje del superhéroe, ciertamente es todo un desafío. Y por supuesto quien más dibujé es Batman, porque se supone que es el más humano de todos, es el que más sufre, el que tiene sus luchas internas, si está bien o está mal. Bueno, así es el mundo del superhéroe, si puedo escapar lo hago, no es lo que más me atrae…


No sé si me equivoco al decir esto, pero veo que a largo de tu carrera hay una constante que son las historias más… rudas, por decirlo de algún modo ¿Es una elección consciente?

Bueno ¿a qué llamamos rudas?... Si vos me decís contar la historia de un obrero y nunca le pasa nada… algo tiene que suceder para que sea atractiva la historia, de lo contrario… ¿Qué es lo que tiene el superhéroe? volviendo a ese tema. Vos sabés cómo empieza y cómo termina, lo que vale es el desarrollo. Es como una telenovela, todos sabemos cómo termina la telenovela. Pero si hay algo que se puede cambiar en otro tipo de historias es eso, el principio el desarrollo y el final también y yo creo que tiene que sorprenderte siempre. Ocurre con el cine, si vos vas a ver una película y dices yo sé por dónde va a ir, y me imagino el final, y el final se da como me lo imaginé es una frustración, pero si me sorprende es que está muy bien hecha. En toda historia tiene que haber ese factor que te sorprenda y te enganche.

Otro factor recurrente y siendo argentino parece casi inevitable, es este elemento latino siempre presente en tus cómics ¿No sé si alguna vez en Estados Unidos te han comentado algo al respecto?

No, porque fíjate que incluso las críticas que han sido muy buenas respecto a 100 Balas, eran de que yo sabía traducir muy bien la atmósfera de cada lugar en Estados Unidos. Por ejemplo, yo conocí ciudades que había dibujado tres o cuatro años antes, las conocí después. Sin embargo lo de transmitir la atmósfera es algo que a mí me gusta, es algo personal, yo ahora voy caminando por la Coruña y presto atención a detalles, los edificios, la gente… Que a lo mejor es algo que le ocurre a todos los dibujantes, pero la mayoría de la gente no mira, la gente no va mirando hacia arriba, si hay cables o no… Yo presto atención a pequeños detalles y eso es lo que trato de traducir después en cada historia en cada imagen. Me aferro a esos pequeños detalles para darles vida.

Hablando estrictamente de tu estilo, hay que reconocer que tienes un dibujo súper potente en blanco y negro. Pero sin ir más lejos, aquí en tu exposición también podemos ver una buena muestra de tu trabajo en color ¿Cómo es tu relación con otros coloristas, tienes mucha fe en ellos o por lo contrario prefieres encargarte tú de esa parte del trabajo también?

Mira, en este momento el color lo estoy haciendo todo en mi estudio, tanto en Torpedo, como en Moonshine, mi nuevo proyecto, y comencé básicamente con el Dark Knight con Paul Dini. No me disgustó el trabajo que se hizo en 100 Balas, de hecho hubo un cambio de colorista, no fue la misma colorista en la última etapa que a quien tuvimos al principio, porque para mí el color tiene que crear un clima, es decir, cuando no existe ese clima ahí algo está fallando. Si yo en blanco y negro puedo jugar con los diferentes planos y puedo generar cierto clima, tensión y todo eso… y luego un mal color dispuesto hace que eso se pierda, eso quiere decir que algo está fallando. Se cambió en un principio el colorista y la segunda etapa, que fue la más larga, funcionó mucho mejor, de verdad yo trabajé muy cómodo con Patricia Mulvihill, porque entendió el concepto de lo que yo pensaba con el color.
Después, al manejar proyectos propios, en los que yo tengo la posibilidad de hacer el color en el estudio, lo hago directamente. Puede ser mejor o peor, pero mi intención es que el color tiene que ayudar a generar un clima en la historia, tiene que ayudar a generar una atmósfera y que llegue al lector.

Antes de ponernos a hablar de Torpedo no podemos pasar por alto otro tema importante, porque eres el responsable del festival de cómic de Rosario, el CRACK BANG BOOM ¿Qué es más difícil, el trabajo como artista o como organizador de este evento?

Lleva tiempo la organización del evento y además nosotros hacemos mucho a pulmón. Para darte una idea, ahora yo armé un equipo, porque era así, fue mi idea la organización, pero me asocié con la Secretaría de Cultura de la ciudad, pero que no tenían ni idea de cómo se hacía un festival de cómic ¡Ni idea! No lo tienen por qué saber. Yo les tenía que decir cómo funcionaba todo, lo hice, creé un traje a medida para que funcionara y luego me tuve que empezar a hacer cargo de muchas cosas de las que la gente no es consciente, por ejemplo una tontería, el comprar los pasajes aéreos para los invitados ¿Por qué? En la primera edición yo llevé a Jim Lee y Brian Azzarello, que no son cualquiera, porque eran todos amigos a los que yo les venía comiendo el coco hacía diez años ¿Si un día yo organizo un festival en Argentina vos vendrías? Y al principio todo el mundo te dice – sí, yo sí. Pero llegado el momento te dicen – Ooohhh… ¿Argentina, ahora? – Tenés que llevarlos, así que hay que insistir otra vez. Y uno de esos autores que iba a ir era Humberto Ramos, a quien le mandaron el pasaje un día antes, claro, yo estaba en contacto con él, pero cuando le llegó el pasaje me decía, perdona Eduardo pero yo no puedo salir de un día para otro. Bueno, se excusó y entonces desde ese momento dije, yo me hago cargo de los pasajes personalmente, con plata de mi bolsillo y así con todo. Al principio de lo que yo me encargaba con mi equipo (que eran seis o siete, ahora sumé alguno más era) era el 10% de las tareas, ahora es el 90% con mi equipo y el 10% restante lo hace la Secretaría de Cultura, que básicamente lo que hace es darnos los espacios, el resto lo armamos todo nosotros. Lo que sí hice para evitar cualquier malformación, es crear una Sociedad Civil sin fines de lucro, es decir, nosotros no percibimos dinero, sí que se cobra una entrada al evento, pero es básicamente para recuperar esos gastos. Yo pongo dinero y no pretendo sacarle un rédito a esto, recupero el dinero y lo que queda va para el próximo festival, porque hay que pagar los pasajes, hay que darles de comer… nosotros les pagamos todas las comidas, yo invito a la gente y no gastan ni un euro, nosotros les pagamos todo. Entonces todo eso se hace en octubre, descansamos un mes y ya comenzamos a trabajar nuevamente, sobre todo en la agenda de los invitados, porque entiendo cómo son las agendas de los artistas, yo mismo ya tengo cuatro eventos para el año que viene, tengo invitaciones que me llegan todo el tiempo, hay muchos eventos en todas partes. Para entrar en la agenda de un artista tienes que hacerlo con mucho tiempo de anticipación y eso demanda todo un trabajo extra, pero bueno… si te gusta… Uno crea un bebé, lo ve crecer y después no lo podés abandonar (risas).

Para terminar, vamos a hablar de Torpedo: 1972, posiblemente uno de los títulos más esperados del año. Pero me gustaría saber si a Abulí o a ti os dio vértigo en algún momento recuperar a Luca Torelli para trasladarlo a una historia crepuscular como esta. Y digo vértigo porque se trata de un personaje realmente icónico que todos dábamos por supuesto que no iba a volver ¿Os asustaban las expectativas o la respuesta del público?

No en particular, sí cierto peso. A ver, estoy haciendo un trabajo como vos decías, pero es más o menos como hacer un Batman, son personajes que tienen vida propia y no dependen tanto de los artistas, es decir, nosotros los tenemos que acompañar y hacerlos ver lo mejor posible. Lo tomé como un nuevo desafío, me encantan los desafíos así que no le tengo temor. Como siempre, creo que todo se puede mejorar, de hecho alguna página la termino y digo – esta página es una mierda, tengo que mejorarla – (risas) Y así todos los días, todas las páginas y eso de alguna manera también te mantiene activo.

O sea que… entiendo que esa ruptura gráfica con el estilo de Bernet tampoco supuso un escollo.

El lector al principio va a ver… no sé, seguramente algo diferente, espero que quiera acostumbrarse a ver algo diferente, de lo contrario se tendrá que quedar en casa con el viejo Torpedo y no va a leer el nuestro. Ahora, si quiere leer a un personaje que ha crecido, no sé si en todos los ámbitos, y disfrutar de una nueva etapa… esta es otra historia.

Y la disfrutaremos. Gracias Eduardo por tu tiempo y que todo vaya bien en tus nuevos proyectos.

Esperemos, esperemos (risas).


Conferencia de Risso en el festival Viñetas desde o Atlántico.

                                                                

                                                              _______________________________


Una vez más nuestros agradecimientos a la organización de Viñetas desde o Atlántico y a Eduardo Risso.


Roberto M. Lamosa





No hay comentarios: