Autor:
Nadar (guion y dibujo).
Editorial:
Astiberri
Formato: 224
páginas, a color, tapa dura.
Año
de publicación: 2015
Precio:
21€
Otra de las joyas que nos dejó el pasado año fue "El mundo a tus pies", la reveladora y certera obra de Nadar y que esta semana es mi lectura recomendada, pasen y lean:
Si los 90 vivieron el final
de una icónica generación X, casi dos
décadas después parece que queda tristemente confirmado que a nosotros también nos
ha tocado padecer nuestro propio e infame hoyo de la desesperación, que también nos
hemos visto avocados a nuestra propia generación XYZ (y nos quedamos sin letras para seguir enumerando). Somos los últimos monos, los últimos despojos que
a diferencia de aquellos torturados jóvenes prototipo de final de siglo, no nos
quejamos por nuestra angustia vital, ni por el desencanto ante un futuro que
cuando llegó no era aquel edulcorado sueño que tanto les habían prometido, no,
a diferencia de ellos nosotros ni siquiera tenemos un futuro al que aspirar,
nos lo han robado y lo que es peor todavía, tampoco tenemos un presente.
Y mientras tanto vivimos atrapados en un mundo de dialéctica retorcida que se alimenta de palabras mentirosas como “jóvenes emprendedores”, con las que se nos hace creer que somos los únicos culpables si no logramos triunfar
porque no nos hemos esforzado lo suficiente. La sombra de aquel interrogante
que se alzó en el nuevo milenio se ha hecho tan grande que ya nos cuesta ver la luz
del sol ¿Pero, de quién es la culpa?
De ello había que hablar y
sobre ello había que escribir, era lo justo, y eso es lo que tan acertadamente ha
hecho Pep Domingo, más conocido por
su sobrenombre artístico Nadar. Su segunda
obra “El mundo a tus pies” es un retrato
de esta generación condenada al ostracismo, que incluso cuando llegue un futuro
mejor seguirá padeciendo las consecuencias del día de hoy. Son las historias de
tres personajes, que bien podrían ser tu hermano o tu hermana, el hijo de tu
vecina de al lado, la pareja de tu mejor amigo… la verdad es que podría ser
cualquiera. Y partiendo de esa realidad Nadar nos relata una a una la vida de
sus tres protagonistas, sin juzgarles, sólo observándoles. Tres jóvenes que ante
la encrucijada de sus vidas optan por resolver sus problemas de diferente
manera.
La primera de las historias
es la de Carlos, un ingeniero que
como tantos otros titulados sobrevive con un trabajo mediocre
que nada tiene que ver con aquello para lo que se preparó y de la noche a la mañana
debe afrontar al reto de la emigración. Una historia que rezuma ese sentimiento de ruptura interior, ese que hace tan difícil consolidar un amor patrio cuando tu patria te niega las oportunidades que mereces, cuando debes renunciar a tu hogar, dejar atrás el mundo para el que te preparaste,
aquel que te correspondía y con él a toda tu vida y tus planes, quizás a
tu pareja, a tus amigos… ¿Y qué les ocurre a ellos, qué pasa con los que
quedan atrás?
La segunda historia es la de
David, un joven desempleado que vive
mantenido gracias al ínfimo sueldo de su sacrificada madre. Es el relato de
quien se ha hastiado de tantos engaños e infructuosas entrevistas de trabajo y
opta por una vía inesperada, un tabú, una opción que descubre casualmente el
día que lee la sección de contactos del periódico en el que habitualmente busca trabajo… la
prostitución. ¿Qué pasa con los principios de alguien que se vende a sí
mismo? Una ocasión perfecta con la que profundizar en el clasismo materialista tan
patente en nuestra sociedad y que cada vez más marca la diferencia entre ciudadanos de primera y de
segunda.
Y finalmente, la historia de
Sara, una joven independiente que se
mantiene junto a su pareja gracias a un trabajo que odia, mal pagado y descorazonador.
Éste quizás sea el relato más intenso de los tres, en el que su protagonista se
revela ante la injusticia que le ha tocado vivir, una farsa de la que no es
culpable pero ante la que la corrección política nos acalla con la mordaza del “No te quejes, hay quien está peor”. La
frustración ante jefes incompetentes henchidos con aires de grandeza que copan los altos cargos de empresas
llenas de gente más preparada que ellos. El resentimiento ante el conformismo
de las generaciones previas que nos machacan con el argumento de que si ellos
ya sufrieron nosotros no tenemos derecho tan siquiera a compararnos. Todo
explota en un discurso final algo descorazonador pero lúcido y certero.
No diré que se trate de una
lectura deprimente, pero sí cruda, con la que estamparnos en la cara una dura
dosis de realidad, nada que no sepamos ya en verdad… Pero desde luego es una
obra que hay que paladear y que funciona como un auténtico revulsivo con el que
espolear nuestras mentes, porque si alguna conclusión se puede sacar en claro
tras pasar la última de sus páginas, es que somos nosotros quienes debemos
tomar las riendas de nuestra propia vida, ya sea para triunfar o para
estrellarnos en un fracaso flagrante, pero al menos lo habremos elegido
nosotros.
Astiberri fue
la encargada de publicar el pasado año este formidable trabajo, en un tomo en
formato horizontal, con tapa dura y a todo color, al precio de 21€, que además cuenta con una muy
acertada introducción a cargo de Isaac Rosa.
Lo que parece innegable es
que Nadar sí ha encontrado su camino y éste le lleva a ocupar un lugar entre
los grandes narradores nacionales, con esta historia más que necesaria, casi de
obligada lectura, a la que esta semana le quiero dar mi sello de aprobación del Capitán Latinoamérica.
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