El pasado sábado la gira de presentación de "Como viaja el agua" recayó en la ciudad de Vigo y hasta la librería Banda Deseñada nos acercamos para conocer un poco mejor a uno de los grandes talentos creativos de nuestro país, el autor madrileño Juan Díaz Canales, creador de obras tan reputadas como la serie "Blacksad", "Fraternity" o las nuevas aventuras de "Corto Maltés" y ganador de galardones tan prestigiosos como el Premio Nacional del Cómic, el del festival internacional de Angoulema, o los codiciados Eisner awards. En esta ocasión se ha puesto por primera vez al timón de una historia que él mismo escribe y dibuja y que posiblemente sea una de sus creaciones más personales hasta la fecha, un emocionante thriller de gran carga filosofal que recientemente ha publicado la editorial Astiberri. Disfrutad a continuación de la entrevista que tuvimos ocasión de hacerle.
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Buenas tardes Juan, apenas acabas de presentar tu primer trabajo en
solitario, “Como viaja el agua” y me
imagino que ya debes estar un poco cansado de esa etiqueta de primer trabajo como autor completo ¿Te
molesta?
No, no me molesta mucho porque no
es una cosa que se haga con una intención de ofender. Pero es verdad que en sí suena
un poco raro, porque parece que antes eras un autor incompleto. Yo entiendo que
un guionista es tan autor como un dibujante, de hecho llega al punto la
confusión que muchas veces utilizamos dibujante como sinónimo de autor y en vez
de autor de cómic decimos el dibujante de… obviando incluso la figura del
guionista. Entonces digamos que parece más un pecado de terminología, pero no
me ofende especialmente (risas).
Pues me llevó el deseo arrastrado
durante mucho tiempo de dibujar mis propias obras, porque yo soy un apasionado
de los tebeos y siempre he querido hacer tebeos, lo que pasa es que por
circunstancias empecé por un camino a lo mejor no muy habitual, que es el de
guionista. Pero sin embargo siempre he sido dibujante, desde los dieciocho años
llevo ganándome el pan con la animación. Entonces digamos que tenía las ganas y
tenía una cierta preparación, pero no había tenido la oportunidad por
cuestiones laborales, familiares, etcétera, de hacerlo hasta ahora. Así que cuando
he visto el momento, porque he tenido una serie de huecos de trabajo en los que
me he podido lanzar, pues me he lanzado.
No sé si podemos hablar de un estilo de dibujo propio, o quizás de tus
referentes o tus gustos en este sentido ¿Ese
camino es algo difícil de encontrar o es algo que no te preocupa?
Sí me preocupa, pero me imagino
que le preocupa a todo el mundo y especialmente en los comienzos. Como
dibujante tengo una larga carrera pero dentro del mundo de la animación y en la
animación estás oculto por un montón de gente
de diferentes equipos, trabajas con mucho material ya precocinado por
decirlo así, con hojas de modelos, etc… En cambio cuando das el salto al cómic,
tú mismo tienes que crearte un universo gráfico. Y para mí era la primera vez,
me veía en la obligación de crear ese universo gráfico, que además tiene que
ser coherente y tiene que estar al servicio de la historia que estás contando. Entonces
sí que me preocupa porque hay muchas cosas y nuevas dificultades con las que me
he ido encontrando y que no me habían pasado nunca. Lo que sí te puedo decir es
que evidentemente tengo muchísimos referentes, pero no trabajo rodeado de ellos,
no soy un dibujante de estos que dice… bueno voy a ponerme por aquí estos
álbumes de gente que me gusta mucho y que tengan que ver un poco con este
estilo, como son Breccia, Will Eisner, o Muñoz y Sampayo. No, simplemente los
tienes, sé que van a salir porque los he leído y releído, me han gustado
muchísimo y son el modelo a seguir, pero no vas directo a la fuente, sino que es
un proceso más orgánico, dejas que salga a través de tu dibujo.
¿Qué es lo que te ha parecido más fácil y más difícil de este trabajo?
Pues esto de lo que estamos
hablando ha sido una de las partes más difíciles, porque ya te digo que todo
era una dificultad nueva para mí, crear un universo gráfico que te obliga a
tomar muchas decisiones a las que no estás acostumbrado ¿Hacerlo más realista o
menos realista? Por ejemplo el blanco y negro lo tenía muy claro, pero no sabía
hasta qué punto utilizar mucha mancha o meter medios tonos, llegué a plantearme
en un momento dado si meterme con tonos grises, o con el estilo de Battaglia
que siempre me ha gustado mucho. Ese tipo de decisiones que además te cuestan
porque no llegas a tener una certeza, porque piensas esto me gusta pero esto otro
también. Al final se van imponiendo un poco a fuerza de avanzar, vas soltando
lastre y diciendo esto no, esto tampoco… y eso es lo más complicado. Por el
lado bueno está esa libertad total…
Haciendo una pequeña comparativa, anteriormente has trabajado con
artistas como Guarnido, Munuera, Pellejero, Gabor… ¿Como guionista resulta más
difícil el entendimiento para alcanzar los resultados deseados cuando es otro
el que dibuja tus historias?
¿Más que con uno mismo? (risas)
(risas) Claro… corrijo la pregunta ¿Tiene una dificultad añadida
hacerlo uno mismo frente a esperarlo de otro artista?
Digamos que son retos diferentes.
Al hacerlo uno mismo tienes evidentemente más libertad, es de cajón, no tienes
que esperar la opinión del otro, no tienes que entrar en conflicto… que a veces
se da. Yo la verdad es que cada vez que he hecho tándem con estos dibujantes,
porque además fíjate en la lista que acabas de decir, grandísimos dibujantes
todos, pues digamos que no he tenido apenas conflictos, pero sí que necesitas que la cosa funcione y te tienes que poner de acuerdo
en muchas situaciones. Pero cuando vas tú en solitario esto no lo tienes, pero
claro la dificultad es la misma, la dificultad es demasiada libertad, demasiado
aislamiento en un momento dado. El problema es que muchas veces no tienes ese Pepito grillo que te dice por ahí vas
mal. No tienes ese necesario contraste de la opinión de alguien, además alguien
muy autorizado y muy preparado como pueden ser la gente con la que he estado
haciendo tándems, no sólo grandes dibujantes sino grandísimos narradores.
Entonces aquí vas un poco miope, sobre todo porque cuando estás en una obra de
casi cien páginas como esta, te encuentras muy dentro de ella y es muy fácil
perder la perspectiva. Afortunadamente para eso utilizo siempre a mi mujer
Teresa Valero, que es guionista y dibujante también y que es la que siempre me
da un poco esa necesaria visión desde la distancia, que es la que me ayuda a
corregir muchas veces.
¿Digital o medios tradicionales?
He de reconocer que tras leer “Como
viaja el agua” me resulta algo difícil clasificarlo, no sé si es un thriller con fondo filosofal o si es
todo lo contrario, una obra de corte más conceptual disfrazada del género
negro… ¿Cuál es la intención de esta historia, qué nos cuentas?
Bueno, al final es que lo de las
etiquetas es como lo que estábamos hablando antes acerca del autor completo e
incompleto. Entiendo que para describir pues necesitamos utilizar ciertas
etiquetas, pero en el fondo para mí no era algo sustancial, yo lo que quería
era hacer una reflexión, digamos en voz alta, pero que no es muy diferente a lo
que hago con otras obras más descaradamente de género, como pueden ser por
ejemplo Blacksad o incluso Corto Maltés, en el género histórico y policíaco.
Yo quería hacer una reflexión en voz alta sobre la muerte y sobre cómo
afrontamos la idea de punto final de la vida en las diferentes etapas que vamos
pasando. Por eso mi idea fue la de contar una historia a través de tres
generaciones, incluso cuatro si consideramos que hay un personaje que está
esperando una niña. El hecho de utilizar el policíaco digamos que era un medio para
contar historias. No tiene por qué estar reñido el contar una idea por
complicada y matizada que sea con hacerla de una manera que sea entretenida y
por eso el género negro o el thriller son un medio genial. De hecho por
estructura es algo que te invita a avanzar, a pasar la página, a querer saber
más de los personajes, es una manera fácil de pasar un mensaje que a veces no
es fácil.
También es cierto que se cuela aquí un cierto componente sobrenatural
algo inquietante.
Es un recurso que he utilizado
más veces y que me gusta meter siempre. Por ejemplo es algo que he hecho en Blacksad, o en Fraternity cuando trabajé con Jose Luis Munuera, metiéndolo en un
universo de corte histórico, o en uno policíaco, que es un poco el reino de la
lógica y la razón, donde siempre estamos hablando de tramas en las que se busca
la verdad, con un detective que es puramente pragmático y que busca separar la
mentira de la verdad a través de la lógica. Me gusta mucho confrontar
este universo y este tipo de personajes con fenómenos para los cuales no tienen
explicación, porque yo creo que en la vida se nos dan muchas veces esas
circunstancias, incluso en la época actual en la que parece que todo tiene una
explicación y que vivimos en un mundo súper tecnificado donde la ciencia parece
que nos lo explica todo. En el día a día encontramos muchas cosa que no
responden a ninguna lógica y que sobrepasan un poco nuestro entendimiento.
Bueno, pues es una manera e reflejar en la ficción esa visión del mundo que
tengo yo.
Por otra parte “Como viaja el
agua” también pasa por ser un cuidado retrato de la cuidad de Madrid en el
que se cuela un reflejo de realidad social presente ¿Es algo casual o
intencionado?
Lo que era intencionado era
trabajar en un entorno que me resultara muy familiar, y claro, para mí no hay
nada más familiar que Madrid, porque vivo allí y porque es la ciudad donde he
pasado toda mi vida. De hecho la mayoría de los rincones que salen son del
centro de Madrid, que es un poco donde vivo yo. Busqué ese condicionante ya que
el reto era grande… este salto a dibujar una historieta además de un estilo
realista. Pues quería que el entorno me resultara familiar, por eso está
situado en Madrid y en la época actual. Y claro, hubiera sido un poco
imperdonable hablar de la época actual en una gran ciudad española, ya no refiriéndonos
únicamente a Madrid, sin meter el reflejo del tiempo que nos está tocando vivir,
con todos esos contrastes tan sangrantes, con toda esa desigualdad que siempre
está ahí pero desde que estalló la crisis es muchísimo más evidente y toca a
muchas más capas de la sociedad. No sólo no lo esquivé sino que me parecía
interesante que formara parte del relato, que le iba a dar más consistencia y
que le iba a dar más veracidad.
Honestamente ¿cuántos paseos fueron necesarios para conseguir
seleccionar la escenografía que finalmente aparece en el libro?
(risas) Pues honestamente muy
pocos… o mejor dicho, muchos pero los había hecho ya antes. Como te decía son lugares
que para mí son muy familiares. No he tenido que desplazarme a esos sitios
porque bien ya los conocía de memoria o bien es que directamente hoy en día los
puedes coger de internet, es tan fácil como eso, o sea intentar reflejarlo y
donde no te alcanza la memoria no tienes ni siquiera que bajarte a la calle,
aunque lo tengas a dos calles de distancia, solo tienes que buscarlo en
internet y utilizarlo. Pero ya te digo que eran sitios muy familiares, también
buscaba eso, porque me preocupa mucho lo de que
haya esa honradez que uno busca siempre en todas las lecturas por parte
del autor. Me parecía importante que se reflejara y para eso utilicé un entorno
que a mí me era muy familiar.
¿Como narrador de qué fuentes bebes?
Pues mira, vengo de dar ayer una
charla en el Garaje Hermético, la escuela de Kiko da Silva y claro… ¿qué les
dices a los alumnos? Pues que no puedes ser una persona creativa si no te
nutres de todo, o sea si no tienes una curiosidad intelectual importante. Bueno,
pues uno predica un poco con el ejemplo. Si estamos hablando de un género como
el policíaco pues la influencia más importante viene por ejemplo de la novela negra,
pero también está el cine, o el cómic en blanco y negro del que hablábamos
antes con Muñoz y Sapayo, Tardi, el Cubri
de aquí de España, Will Eisner con ese componente de historia cotidiana y muy
urbana también, no sé… es muy difícil rastrear todo. De hecho muchas veces te
sacan desde fuera las influencias, la de Eisner me la están repitiendo
últimamente mucho con este libro (risas)… pues no me la había planteado, pero
claro, es innegable, es uno de mis autores de referencia, digamos que hay álbumes
que están en mi panteón de los que para mí más han significado, como La avenida Dropsie o Viaje al corazón de la tormenta. Al final todo sale por algún
sitio, pero no eres consciente.
Hablemos un poco de Corto Maltés.
Una apuesta cuanto menos arriesgada y por otra parte un voto de confianza impresionante
hacia ti ¿Sentiste o sientes mucho el peso de este proyecto?
Objetivamente hay mucho peso,
lógicamente porque es una cosa que trasciende mucho lo que es un encargo normal o un tebeo normal. Primero por
lo que se espera, porque es un icono reconocido en todo el mundo del cómic como
un monumento vivo y por otro lado porque incluso a nivel comercial están las
editoriales que se juegan los cuartos y te dices a ti mismo que tienes que
estar a la altura. Pero también he llegado a un momento de mi carrera en que ya
tenía una cierta experiencia, después de cinco tomos de Blacksad, ver la respuesta que ha tenido, que también ha funcionado
muy bien a nivel internacional, digamos que tengo hecha la gimnasia un poco
para poder aislarme en el momento que tengo que ponerme a trabajar, sin esto no
podrías hacerlo, porque todo ese peso y esa responsabilidad sería absolutamente
bloqueante. Si me lo hubieran propuesto con veintidós años pues igual me
hubiera dado un shock (risas), pero ahora tengo ya mis mecanismos para aislarme
y tirar para adelante. Por otro lado para mí tiene una componente emocional que
puede más que esa presión. Yo siempre he sido muy fan del personaje, es muy
importante para mí, muchas veces digo no sólo a nivel profesional sino
emocional, por eso lo he disfrutado a fondo. Y eso puede más que el miedo o la
situación de bloqueo.
Proyectos futuros ¿Seguirás dibujando inmediatamente, llegará más Blacksad, más Corto Maltés (que supongo que se plantea como una serie de larga
duración)?
Pues es un poco lo que te decía
antes. Cuando decidimos meter a ese personaje digamos que su misión en la historia
es la que tiene ahí, era ese enfrentamiento de Blacksad, un personaje racional,
al cual situamos en una ciudad bastante mágica como es Nueva Orleans, con el
voodoo y todo ese trasfondo extraño, en una situación para la que no tiene
explicación. En principio no estaba muy interesado en desarrollar ese personaje
a mayores, porque no es una serie que vaya por ese lado de lo fantástico. En
esa secuencia del renacer de John en la que parece que muere ahogado y
resucitaba, ese viaje que tiene está entre el camino de la alucinación y el camino de la realidad, es más una
interrogante que una cosa que busque una explicación.
Pues eso es todo, muchas gracias por tu tiempo y espero que a “Como viaja el agua” le vaya todo muy bien.
Yo también (risas). Gracias.
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Antes de despedirme quisiera agradecer una vez más a Juan Díaz Canales por su tiempo y su amabilidad y a todo el equipo de la librería Banda Deseñada por hacer posible este encuentro.
Roberto M. Lamosa
Roberto M. Lamosa
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