La escuela gallega de banda deseñada O Garaxe Hermético sigue surtiéndonos de nuevos autores a los que conocer y en esta ocasión le toca el turno a Aldara Álvarez García, más conocida por su sobrenombre artístico de Anémona de Río. Alumna aventajada y premio fin de curso 2017 de la conocida escuela, quien se permite el lujo de adelantarse a algunos de sus compañeros graduados y ya presenta en sociedad su primer trabajo como autora, titulado "Tam", el primer manga gallego, a cuya presentación acudimos el pasado 24 de febrero, a fin de conocer a la autora y hacerle la entrevista que hoy os ofrecemos.
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Buenas tardes Aldara. Después de unos
duros años de estudiante hoy por fin estás aquí presentando tu primer trabajo
titulado “TAM” ¿Cómo te sientes ahora
al otro lado de la mesa presentando el cómic?
Pues
un poco estresada la verdad (risas). Por la vergüenza de estar en público, no
es algo a lo que esté acostumbrada, pero supongo que esto me va a ayudar un
poco a dejar eso atrás.
¿De dónde surge la idea de “TAM”?
Fue
un trabajo de fin de curso, que es lo que hacemos después de toda nuestra etapa
de aprendizaje en la escuela de O Garaxe
Hermético, tenemos que hacer un cómic. Y ésta fue en realidad mi segunda
idea. A mí me gustaba especialmente hacer tiras cortas como las de los
periódicos, como las que ya había hecho anteriormente para el Diario de Pontevedra. Así que
inicialmente pensé en un recopilatorio con las que ya había publicado. Pero los
profesores me sugirieron que le diera una vuelta, e intentase que estuvieran
todas relacionadas. Y así es cómo surgió. De todas formas, el libro está
dividido en capítulos y cada capítulo funciona como si fuera una tira un
poquito más larga.
Para los que se acerquen a las
librerías estos días ¿puedes contarnos de qué trata la historia?
El
tema del que trata son los complejos y las inseguridades personales. La
historia comienza cuando la protagonista recibe un email donde la invitan a una
reunión de antiguos alumnos, pero ella durante este tiempo que han estado
alejados se había dejado un poco y le empiezan a entrar las dudas de si se ve
bien, si los demás la van a ver bien, si engordó, si tal… Y entonces se dice
que puede intentar arreglarse un poquito y va a intentar arreglar algunas cosas,
pero la pobre mete un poco la pata y… bueno, lo sigue intentando a pesar de
todo.
Parece que hay algo de realidad
metida en esta historia, no sé si has tirado un poco de vivencias propias…
Sí
un poco, pero llevándolo bastante hacia la comedia. La verdad Tam es más
valiente que yo (risas).
¿A qué público va dirigido?
En
realidad yo creo que lo puede entender cualquiera. En principio podría decir
que va dirigido a chicas de mi edad, jóvenes, pero como te digo, es una
historia cercana para todo el mundo.
Se habla además del primer manga gallego. Y ciertamente en el
apartado gráfico, aún notándose tu sello personal, sí que destaca esa estética
manga. Me imagino que no es algo casual, intuyo la influencia de algún autor en
particular…
Sí,
el primer manga que leí fue “Evangelion”, gracias a una amiga del
colegio que me lo había prestado. Lo gracioso es que me costó muchísimo
acostumbrarme a leer al revés, en el sentido de lectura japonés, de repente me
encontraba leyendo normal y me decía – Pero
si esto ya lo leí – (risas). Después de eso también leí “Sargento Keroro”, me gustaba mucho el
estilo, porque es muy blandito, muy redondito. También he leído mucho de Rumiko
Takahashi, me gusta mucho el humor que tiene. Y por eso me gustaría hacer algo
así, es lo que me gusta y no me veo haciéndolo de otra manera.
No podemos dejar de hablar de O Garaxe Hermético, que se sigue
reivindicando como la cantera de los autores del futuro. ¿En qué momento
supiste que querías dedicarte a esto del cómic y cómo ha sido tu paso por la
escuela?
Entré
más que nada por probar, porque me había metido en la Facultad de Publicidad y
Relaciones Públicas y mi madre quería que buscase algún curso que se hiciera
cerca y entonces encontré O Garaxe.
Al principio estaba muy perdida, veía que todo el mundo tenía mucho talento y yo
estaba allí pensando que no sabía escribir, que no sabía dibujar… pero al final
salió mejor de lo que esperaba, la experiencia ha sido mejor que en cualquier
otra escuela donde haya estudiado y he aprendido muchísimo de la profesión.
¿Cuál dirías que es tu mejor recuerdo y
cuál el más duro?
La
verdad es que tengo una memoria muy mala (risas). Pero mi mejor recuerdo es de
una ocasión en la que un profesor nos pidió que dibujásemos a los personajes de una serie,
pero acorde a nuestro estilo y que siguiesen siendo reconocibles. Yo elegí
hacer a los de Hora de aventuras.
Resulta que a la hija del profesor le encantaba esa serie, así que él me pidió
si los podía copiar para dárselos a su hija. Me hizo mucha ilusión, fue un
detalle muy bonito.
Por
otro lado, una vez al año se nos pedía que hiciéramos un cómic para incluirlo
en un recopilatorio, eran los profesores quienes nos proponían el tema, pero a
mí nunca me salía nada, me bloqueaba y pensaba que no sabía hacer nada.
¿Cuál es la parte del proceso creativo
que has vivido con más dificultad?
Lo
más difícil siempre es empezar. Al principio, porque yo me había planteado otra
historia que no les había acabado de gustar a los profesores, entonces le
fuimos dando vueltas al tema de las tiras cómicas. Escribir tampoco se me da
muy bien, o al menos no me siento demasiado cómoda con ello, así que a la hora
de preparar el guion estuvieron enseñándome otras formas de afrontarlo. Me propusieron
pensar en las escenas, ponerlas en varios post-it
y luego ir moviéndolos, hasta que todo encajara. Y una vez hecho eso,
simplemente había que dibujarlo. Con esa parte lo que más me cuesta son los
fondos, tuve que tirar bastante de referencias fotográficas y salir a la calle,
así que el lector seguramente pueda que reconozca algunos lugares.
¿Técnicas tradicionales o digital?
Ahora
mismo digital, aunque todos los bocetos iniciales los hago siempre con lápiz,
en la pantalla no me siento cómoda. Pero una vez que tengo el boceto hecho, lo
escaneo, lo entinto y coloreo con ordenador.
El día de llegar a la imprenta y ver
tu trabajo saliendo debió de ser emocionante.
Sí,
lo fue (risas). Es que eran unas planchas tan grandes y había una cantidad de
papeles allí que decía – ay dios mío
– Pero me sorprendió por lo bien que se veía. Me habían dicho que los colores podrían
verse algo diferentes a como se veían en la pantalla, pero yo los vi y me
encantaron, así que muy positivo todo.
¿Y qué tal la respuesta del público
hasta ahora? Porque tengo entendido que tras tu concurrida presentación en
Pontevedra, probaste con una experiencia pionera y bastante sorprendente,
dedicando tus comics durante la noche de San Valentín en un conocido
restaurante de la ciudad…
Yo
creo que muy bien, no me dijeron nada malo ni me pegaron (risas).
Posteriormente a través de Instagram me mandaron fotos y parece que todos
estaban muy contentos. Muy maja la gente, la verdad.
¿Algún proyecto en marcha de cara al
futuro inmediato?
No
hay ninguna idea clara por ahora. Pero me gusta mucho dibujar, de hecho no sé
si me gusta más dibujar que hacer un cómic completo. Así que no sé… quizás la
posibilidad de ilustrar trabajos que escriba otra gente.
¿Algunas palabras para la gente que se
quiera dedicar al mundo del cómic?
Tienen
que tener mucha constancia y no probar por probar. Tienen que convencerse, no
pueden decir esto ya lo haré, o, me gusta pero ahora no me apetece, porque si
lo van dejando nunca lo van a terminar. Pero supongo que como en todo,
dedicación, trabajo y algo de pasión.
Muchas gracias por tu tiempo Aldara y
mucha suerte en esta carrera que comienzas.
Gracias.
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Una vez más, deseamos mostrar nuestro agradecimiento a la librería Banda Deseñada de Vigo y a Kiko da Silva por hacer posible este encuentro.
Roberto M. Lamosa
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