Autor:
Steve Niles (guión), Ben Templesmith (dibujo).
Editorial:
Norma Editorial
Formato:
384 páginas, color, tapa dura + sobrecubiertas.
Año
de publicación: 2011
Precio: 29,95€
Precio: 29,95€
Ya hemos superado la mitad
de octubre y seguimos celebrando este mes del terror con otra lectura
especialmente seleccionada para la ocasión, esta semana os quiero
recomendar “30 días de noche”, la
afamada obra de Steve Niles y Ben Templesmith.
Los vampiros han
conseguido vivir ocultos a los ojos de los hombres a lo largo de la historia.
Pero los habitantes de Barrow, un pequeño pueblo de Alaska, serán testigos de
los terribles acontecimientos que ocurrirán al llegar el invierno. Durante todo
un mes el sol no volverá a surcar los cielos, sumiendo al pueblo en un período de
total oscuridad. Para su desgracia, un puñado de sangrientos vampiros han elegido
este enclave tan particular para saciar sus deseos durante los 30 días de noche
y terror que durará su sádico festín.
La idea era sencilla y la
excusa perfecta, tan sencilla y perfecta como para cuestionarse por qué no se
había hecho todavía. “30 días de noche”
era como una buena película de terror clásico, y como tal, en ella se
conjugaban todos los elementos necesarios para desarrollar una efectiva
historia de miedo: el escenario, un
paraje inhóspito de Alaska donde la noche puede durar meses; los protagonistas, habitantes de un
pueblo que quedará aislado del mundo exterior a causa de las tormentas
invernales; y unos villanos motivados,
los vampiros que han encontrado un lugar donde campar a sus anchas sin
exponerse a su única debilidad, la luz del sol.
En 2003 el norteamericano Steve Niles dio el campanazo junto al
australiano Ben Templesmith con este
relato en apariencia tan sencillo, pero que funcionaría tan bien que acabaría
dando paso a toda una serie dedicada al mundo de los vampiros. Alejado del
estereotipo romántico del Drácula original de Bram Stoker, o el barroco Lestat
de Anne Rice, incluso a leguas de distancia del empalagoso modelo del no muerto
adolescente, tan de moda en los últimos tiempos, Steve Niles se decantó por llenar sus páginas con unas criaturas más
monstruosas, inteligentes, frías y calculadoras, con una idea en mente que
parecía imposible en pleno siglo XXI, la de arrasar un pueblo entero y
desaparecer sin dejar rastro de su presencia. Pero por supuesto, la cosa no podía resultar tan fácil, o de lo contrario no habría historia que contar. Ese cómic inicial un
tanto breve sería el punto de partida del que surgirían las secuelas “Días oscuros” y “Regreso a Barrow” que continuaban y cerraban una historia de
venganzas, persecución y redención, a lo largo de un relato oscuro y grotesco capaz de dejarnos
con una sensación de inquietud permanente.
Parte del mérito le
corresponde a Ben Templesmith, hoy
en día un artista consagrado, que realmente había iniciado su carrera como
diseñador gráfico. Su estilo totalmente atípico, basado en la sencillez de su
dibujo, o en sus escenarios desdibujados y confusos, fue una inesperada sorpresa
que alejó al cómic de cualquier estándar que se pudiera haber esperado de él,
haciéndolo mucho más creíble y efectivo. Su puesta en escena oscura y sucia,
casi rozando el gore fue sin duda lo mejor que le pudo haber pasado a la
historia ideada por Niles.
Con “30 días de noche (la trilogía)” por fin se hace justicia a esta
fantástica historia de vampiros, originalmente publicada en España por la editorial Devir en tres números sueltos, y que en el año 2010 llegaría de la
mano de Norma Editorial, en este
tomo recopilatorio, con un cuidado formato de tapa dura con sobrecubiertas, a
un precio de 29,95€. Más tarde
llegarían otros números que se sumarían a la colección, a cargo de diferentes
artistas que se subirían al tren del éxito de Niles, junto al que seguirían
ampliando el universo de horror del norteamericano, con relatos que funcionaban
de forma independiente al cómic original.
En el 2007 se estrenaría la
película basada en el primer número de la serie, que si bien funcionaba manteniendo
la esencia del cómic, caía en un error habitual en la industria
cinematográfica, y es que cercenaba la historia original (ya breve de por sí).
Por ello, si aún no habéis leído el cómic os recomiendo que lo hagáis y no encontraréis
mejor oportunidad para ello que con la trilogía original al completo, a la que hoy le doy
mi sello de aprobación del Capitán
Latinoamérica, esperando que la disfrutéis sin cortes ni interrupciones.
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