lunes, 26 de octubre de 2015

The Crow

The Crow (la edición definitiva)

Autor: James O’barr (guión y dibujo).
Editorial: Glénat
Formato: 248 páginas, blanco y negro, tapa dura.
Año de publicación: 2011
Precio: 19€





Se acaba octubre y no podía faltar mi recomendación del que ya es un clásico por estas fechas, “The Crow”, obra imperecedera del norteamericano James O’barr.

En las vísperas de su boda Eric Draven y su novia Shelly son cruelmente asesinados por una banda de delincuentes. Un año más tarde, un misterioso cuervo ha vuelto a traer a Eric de entre los muertos, guiándolo para que pueda cumplir su brutal venganza. Ahora convertido en un lúgubre personaje con la cara pintada, se paseará por la sórdida ciudad en la que vivió, decidido a manchar el asfalto de las calles con la sangre de sus asesinos.

Hay que decir lo primero de todo, que “The Crow” no es un cómic a la usanza. Tal y como nos explica su autor en el prólogo de esta obra, la historia surgió en su mente como una válvula de escape tras la muerte de su novia en la vida real, quien falleció tras ser atropellada por un conductor borracho mientras se dirigía a casa del propio O’barr. Siendo así, es más fácil de comprender el por qué de este cómic tan extraño y caótico, incluso difícil de seguir en su lectura si no conociéramos previamente la historia gracias a su aclamada adaptación cinematográfica. Con “The Crow”, su autor James O’barr compuso un cruel y sangriento poema visual, que era en realidad una vía para exorcizar sus demonios interiores, una forma de redimirse de sus sentimientos de culpabilidad y a la vez descargar su furia con una historia de venganza sin tapujos, en la que los malvados pueden ser castigados por sus pecados.
Alejándose del habitual estereotipo del justiciero que busca restablecer el equilibrio cósmico entre el bien y el mal en una lucha siempre justificable contra los villanos, Eric Draven es simplemente un vengador sangriento y cruel que no atiende a lecciones de moralidad ni a lo políticamente correcto. Un fantasma torturado incapaz de sentir. Y de ahí quizás venga la razón de su rostro pintado con las máscaras de la comedia y tragedia clásicas, que intentan redibujar en su rostro emociones que ya no siente ni padece, dejando paso solo a la locura. Muchas veces presentado como un mesías siniestro, el autor norteamericano no duda en hacer referencias directas a Jesús y la Bilblia a lo largo de sus páginas, en un paseo en el que Eric es el encargado de limpiar una ciudad sórdida, depravada y moribunda (que en última instancia se descubre como Detroit) de los delincuentes y drogadictos sin escrúpulos que la dominan, como si de algún modo se tratase de una macabra purga divina.

El dibujo de James O’barr es muy  irregular a lo largo del cómic y ello se debe a que su producción fue bastante inconstante, tardando casi una década en publicar los capítulos sueltos que tanto le costó que fueran aceptados por alguna editorial durante la década de los 80. De estilo realista y a pesar de ello plagado de figuras desproporcionadas sobre todo al principio de la historia, pasando a un estilo mucho más cuidado y perfeccionista hacia el final de la misma. Sus claroscuros cargados de tintas y sus lápices y acuarelas se suceden entre las escenas sombrías que forman el grueso de la historia y las escenas oníricas y luminosas tan cargadas de simbolismo que forman la contrapartida del relato.
 

Originalmente “El Cuervo” fue publicado en España por Glénat, con los 4 cuatro números en formato grapa que solo algunos recuerdan ya. Sería en el año 2011 cuando volviesen a publicar esta archiconocida historia en un tomo recopilatorio con formato de tapa dura, que costaba 19€ y que todavía podréis encontrar en las estanterías de vuestras librerías habituales. Bautizado ahora como la edición definitiva, incluye nuevos capítulos, en 30 páginas hasta ahora inéditas, que amplían la historia original y rehacen un final más fácil de entender, además de una introducción aclaratoria a cargo del propio O’barr y las portadas originales a todo color. Todo ello bajo la excusa de que en su época algunas páginas fueron descartadas por no encontrar un lugar en la historia o directamente porque sus habilidades artísticas por aquel entonces no le permitieron dibujarlas. Debemos creernos por lo tanto que no se trata de seguir exprimiendo la gallina de los huevos de oro (un fastidio para los que ya teníamos el cómic original y una alegría para los nuevos lectores). Hay que mencionar que en el año 2013 también saldría un nuevo tomo a cargo de la desaparecida EDT, en formato de tapa blanda, con una portada alternativa pero exactamente igual en contenidos y precio a la anterior edición.


Una vez más me resulta difícil definir el público al que podría ir dirigida esta obra, pues a pesar de la imagen que ha adquirido en los últimos tiempos como historia de ficción fantástica y símbolo de la cultura gótica, “The Crow” es y siempre ha sido en realidad un cómic absolutamente underground, caóticamente punk y violentamente poético. En cualquier caso, una lectura casi obligatoria para cualquier amante de los cómics y más que recomendable para el público general. Por todo ello, hoy no dudo en darle mi sello de aprobación del Capitán Latinoamérica a esta pieza maestra. ¡Feliz Halloween y feliz noche de los muertos!

No hay comentarios: