martes, 17 de noviembre de 2015

Entrevista a Enrique V. Vegas


El pasado viernes Enrique Vegas (Segovia, 1967), autor de la archiconocida saga de los Cabezones, hizo una parada en la Librería Paz de Pontevedra durante la gira de presentación de su último trabajo, “Dulces sueños”, una historia de aventuras en un universo onírico, repleto de niñas pequeñas, espadas enormes y aventuras trepidantes en las que sus protagonistas se deberán enfrentar a sus miedos más primarios.

Y con motivo de su visita tuve la ocasión de realizarle una entrevista en la que pudimos hablar de su carrera, su vida y sus trabajos más recientes. Ante todo quisiera agradecerle su cordialidad y destacar la cercanía y empatía que siempre muestra con sus lectores.

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Buenas tardes Enrique. Cuéntame, después de historias como “Kobe” o “Diarios de guerra” en los que te alejabas del género de las parodias con las que te has hecho tan popular, vuelves a cambiar de registro con “Dulces sueños” ¿Qué se van a encontrar los lectores en este nuevo trabajo tuyo?
Pues es una mezcla entre la parodia en cuanto al estilo y Leinad o Kobe en cuanto a la temática. No es tan dura digamos como Kobe o Diarios de guerra, que son muy realistas en su tratamiento, pero es ese tipo de historia en la que me alejo un poco de la parodia y hago una aventura para todos los públicos, de 0 a 99 años y dando la vuelta al marcador si es necesario (risas), pero con el estilo desenfadado de las parodias, intentando que sea lo más agradable posible al público. Que es lo que yo creo que tienes que intentar potenciar cuando es tu sello característico.

Cabría esperar que las parodias se considerasen un género menor, pero parece que las cifras indican lo contrario, las ventas de la saga de los cabezones son bastante buenas.
En general sorprende cuando se habla de cifras, todo el mundo se sorprende cuando ven mis cifras de venta. No me voy a quitar méritos, pero sí que llama la atención que un género como tú dices que está… no mal visto, pero que es considerado el hermano pequeño, el cómic paródico, pues yo no lo considero cómic paródico, yo considero que es quizás de iniciación, como te decía de 0 a 99. Es el cómic con el que muchos niños empiezan a leer. Muchos padres me cuentan que sus hijos empiezan a leer con lo mío y llega un momento que la evolución lógica les lleva a leer más cosas.

De hecho y como anécdota, a las sesiones de firmas suelen acudir los padres con sus hijos…
Totalmente y a muchos de ellos les he conocido como solteros y que ahora van con sus hijos después de tantos años. Y ahí se fideliza a un lector, en este caso durante diez años le acompañas durante un tramo de su vida importante. Para mi es importantísimo formar parte de eso y de ser capaz de conectar en ese trayecto. Este cómic en concreto, “Dulces sueños”, está muy encaminado hacia los padres con niños. Siempre me habían pedido un cómic para niñas, a menudo me solían decir es que nunca dibujas niñas, siempre dibujas niños, guerreros y superhéroes. Entonces es la primera vez que le prometí a mi hija que iba a hacer un cómic que fuera para ella. De hecho ella es mi hija, la protagonista de la historia, igual que antes ya hice también a mi hijo.

¿Se siente identificada?
Totalmente, son ella y sus amigas. Están todas ahí, algo que me valió mucho para definir las personalidades de cada una. Que aunque parezca algo extraño, al final tú como dibujante necesitas saber qué personaje es cada cual y aunque luego no lo enseñes mucho tienes que tener claro de dónde viene cada una. Por eso puedes verlas a ella y sus dos o tres mejores amigas, que están retratadas ahí en el cómic. Igual que hice el cómic de Leinad, que era para mi hijo, esta es la historia para ella. Ya no me quedan más hijos que hacer, no me pueden pedir más (risas). 
Este es un cómic más hecho para que pueda acercarse también otro tipo de público al que hasta ahora estaba llegando. La hermana del niño que me venía a pedir un Batman o un Superman y mientras se quedaba mirando como diciendo ¿pero yo tengo algo? Pues ahora puedes unirte a tu hermano.

¿Tienes en casa a tus mayores críticos?
Sí, bueno, mi mujer es la primera en leerlo todo, pero en esta ocasión cuando le enseñé por primera vez la historia me traumatizó un poco, me dijo que le parecía muy oscura y me quedé totalmente chafado. Más adelante cuando ya le enseñé la historia completa le gustó y ya me quedé más tranquilo (risas). Mis hijos la verdad es que no sé si lo han leído, mi hija creo que sí, pero como me ven siempre dibujando en casa pues ya lo tienen como algo normal, a sus amigos les parece una pasada que tengan un padre que dibuja, pero ellos lo que quieren en realidad es que esté con ellos, lo otro les importa menos.

Y ese toque de humor que dices que sigue manteniendo… ¿crees que el género humorístico goza de mejor salud que otros?
Salud siempre ha tenido, es que los españoles somos muy dados al humor, a cualquier cosa le sacamos humor. Pero parece que no se nos considera autores de cómic como a otros y a mi sinceramente me duele un poco el que piensen que somos una cosa aparte, porque el trabajo lo hago igual, con el mismo interés, el mismo entusiasmo y las mismas horas o más. Entonces bueno, es algo con lo que tengo que lidiar y no me preocupa demasiado, hace tiempo que dejé de preocuparme si me iban a mirar de una manera o de otra.

¿Y en qué terreno te sientes más cómodo?
Buff… es que yo soy muy feliz dibujando. Intento compaginarlo todo, me gustaría tener muchos más brazos, muchas más horas para poder hacer todas las historias que quiero hacer, pero al elegir tienes que hacer un poquito para cada tipo de público, para contentar a todos los lectores distintos que tengo, al padre, al hijo, a la hija, a todos ellos juntos, al nuevo, al que quieren regalar pero no saben qué regalar… Me gusta intentar llegar a cuantos más mejor.

¿Cómo surgió el tema de los cabezones?
Es muy sencillo, yo trabajaba antes en la animación, dibujaba, era director de secuencia, hacía de todo al final. Llegó un momento que hubo un encargo extraño de bebés y me puse a dibujar bebés, con sus pañales, chupetes y todo. Pero cuando llevas un tiempo dibujando bebés acabas un poquito aburrido, así que comencé a disfrazarles. Empecé a darles vueltas y a transformarles en estos personajes. Y yo que toda mi vida había dibujado realista, Conan y este tipo de cosas, llegó un momento en que los editores veían mi carpeta de Conan y bueno… ya habían visto muchas iguales antes que esa. Pero veían el cabezón que les enseñaba y decían… Uy, esto es distinto. Entonces me abrieron un poco los ojos y vi que esto era lo que me distinguía del resto. Lo disfruto como un enano y afortunadamente funciona.

¿Hay algún personaje al que le quieras hincar el diente todavía?
Pues el problema es que yo me baso mucho en las películas que se van haciendo y lamentablemente los guionistas sacan mucha segunda y tercera parte, con lo cual me están pisando el terreno… Hombre inventaros algo nuevo y entonces puedo ir yo detrás y aprovecharlo (risas). Pero sí, todavía hay alguno, todavía está por ahí Terminator, Mad Max…

Seguro que hay más de un lector impaciente que te sugiere personajes.
Muchos, muchos. Tengo por ahí algunos lectores inasequibles al desaliento que cada cierto tiempo me preguntan ¿Cuándo harás Buffy, cuándo harás Gladiator? Bueno, algún día.

Para ir terminando y aunque aún es un poco prematuro ya que estás presentando tu último trabajo “Dulces sueños” ¿Hay algún proyecto ya en marcha?
Sí, claro. Calcula que si éste ha salido hace tres semanas y empiezas a echar para atrás, contando con la imprenta y todo el proceso, lo acabé en realidad hace ya dos meses. Durante esos dos meses he estado preparando las portadas y todo el material de promoción para “Los cabezones de las galaxias” en color, que saldrá dentro de dos semanas y para el siguiente tomo que es el de Batman, “El cabezón oscuro”, de 120 páginas, planeado para llegar a tiempo al salón de Barcelona del próximo año. Entonces desde que acabé éste ya estoy sin parar, una producción constante, como en cualquier otro trabajo, llega el domingo y el lunes trabajas, no puedes parar. De hecho ya tengo mi agenda completamente organizada para los próximos dos años.

Muchas gracias Enrique, espero que “Dulces sueños” tenga mucho éxito y los futuros trabajos también. Muchas gracias por tu tiempo.
Gracias a ti.



Antes de despedirme hasta la próxima ocasión, no quiero olvidarme de agradecer a Enrique Vegas la gentileza de haberme atendido y por supuesto a Cano y toda la gente de la Librería Paz por facilitarme la ocasión.


Roberto M. Lamosa

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