Autor: Mariko
Tamaki (guion), Jillian Tamaki (dibujo).
Editorial: Ediciones la Cúpula.
Formato: 320
páginas, bitono, tapa blanda.
Año de
publicación: 2014
Precio:
24,9€
Rose y sus padres han veraneado en Awago Beach desde que ella era una niña. Es su escapada anual, su refugio. Su amiga Windy también está allí siempre, la hermana pequeña que nunca tuvo, completando su familia de verano. Pero este verano es diferente, la madre de Rose y su padre no dejan de discutir, y Rose y Windy se han visto envueltas en una tragedia que se cierne sobre el pequeño pueblo costero. Es un verano de secretos y angustias, pero al menos se tienen la una a la otra.
Las primas y autoras de origen canadiense Mariko y
Jillian Tamaki vuelven a la carga con un tema ya recurrente en su producción,
la añorada adolescencia. Y es que pocas etapas de la vida se perfilan tan cruciales
como lo puede ser la pubertad, período sino conflictivo, cuanto menos que suele
marcar un significativo punto de ruptura vital, un punto de inflexión entre los
últimos estertores de la inocencia juvenil y la llegada de las responsabilidades
de la vida adulta. Un argumento algo manido pero perennemente jugoso, que
siempre ha dado y seguirá dando material con el que plasmar nuevos retratos de ese
pequeño y tan interesante pedazo de vida.
Así Mariko
Tamaki volviendo a la senda de sus anteriores trabajos logra rubricar un
relato bien nutrido que nos transporta hasta el último verano de inocencia de su
protagonista, Rose, una joven que año tras año acude junto a sus padres a
veranear a la localidad de Awago Beach, en una experiencia que para ella pasa
por ser algo más que unas meras vacaciones. Pero los años no pasan en vano y lo
que hasta entonces se repetía como un ritual invariable marcado por la
felicidad y la despreocupación juvenil pronto dará paso a una nueva época en su
vida, una en la que deberá afrontar la cara menos grata de la misma. Con ella
llegará la caída de esos gigantes que son los padres y su hasta entonces
idealizada figura, porque hasta en las mejores familias se guardan secretos. Con
ella llegarán las dudas, los miedos y las inseguridades ante un nuevo mundo algo
más feo y lleno de dramas cotidianos. Y con ella llegará también el
descubrimiento del deseo sexual y las confidencias que compartirá con su amiga
Windy.
Por su parte Jillian
Tamaki nos regala trescientas veinte páginas con las que se compone este
magnífico retrato del verano muerto
de Rose. Su dibujo de línea suave con cierta influencia manga es a veces sutil, a veces vehemente, pero siempre capaz de cuadrar
secuencias, sensaciones o detalles como si de piezas de un puzle se tratase,
saltando desde capturas de grandes paisajes y espacios abiertos hasta viñetas
detalle de momentos efímeros que casi no necesitan de diálogos para hacer fluir
la narración. Un trabajo sobresaliente y con alma propia que nos transportará como
espectadores privilegiados a primera línea de la historia.
Ediciones La Cúpula fue la encargada de
publicar en español este título por 24,9€,
en un formato de tapa blanda bastante manejable a pesar de sus 320 páginas de
grosor.
En conjunto las primas Tamaki se han compenetrado para
construir una obra que funciona como un reloj suizo y que a pesar de su
aparente volumen es una lectura muy liviana que devoraréis en un suspiro. Y por
ello esta semana le quiero conceder mi sello
de aprobación del Capitán Latinoamérica, confiando en que no os defraudará.
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