Autor: Jose Luis Munuera (Guion y dibujo), Sedyas (color).
Editorial: Dibbuks
Formato: 56 páginas, color, tapa dura.
Año de publicación: 2014-2017
Precio: 14€
En su origen las historias de Los Campbell surgieron como un encargo para
la veterana revista Spirou, un
encargo al que el autor murciano Jose Luis Munuera respondería con una serie de
aventuras autoconclusivas dirigidas a un público juvenil, ideadas para que se
pudieran leer de forma independiente en los sucesivos números de la afamada
publicación, pero que a pesar de todo se integraban en un arco argumental mayor. Pronto se
darían cuenta que esas aventuras reclamaban un espacio propio y así es como
finalmente nacería la saga de Los
Campbell.
Munuera ha sabido entender las claves el género de aventuras, asimilándolas
dentro de su propio juego, construyendo así una entretenida saga en la que
poder explotar todos y cada uno de los temas recurrentes de las historias de
piratería desde un nuevo ángulo. No es de extrañar que hablando de un autor con
tan clara influencia de la BD franco-belga, tanto en lo gráfico como en lo
narrativo, el hilo conductor de la trama de Los
Campbell sea el del humor, en ocasiones más negro, más locuaz, en otras más
tontorrón y cercano al slapstick, y
en ocasiones burlón y cargado de juegos de palabras tan al estilo de maestros como Goscinny.
Pero curiosamente, al mismo tiempo la historia goza
de un gran sentido del drama, que llega a modo de flashbacks en los que el autor aprovecha para mostrarnos el oscuro
y trágico pasado de sus protagonistas. Una segunda faceta que sin duda
enriquece el relato y hace crecer a sus personajes a medida que éste avanza.
Desde luego no se trata de una saga de
aventuras plana o arquetípica, el nuevo universo creado por Munuera sabe jugar con unos personajes
cargados de matices, en el que todos tienen algo que aportar. Es de agradecer
que devuelva al primer plano a las protagonistas femeninas fuertes y con voz
propia, con las que aprovecha para afrontar otros temas de fondo como el de la
relación entre padres e hijas, la madurez o la aceptación de responsabilidades.
Y tampoco olvidemos el ya clásico esquema del trío en discordia de “El bueno, el feo y el malo”, en esta
ocasión encarnado por Campbell (el audaz ex-pirata y atribulado padre de dos hijas), Carapepino (el patán en busca de gloria y eterno aspirante a pirata) e Inferno (la temible némesis de Campbell); siempre tan efectivo a la
hora de crear entuertos y tan propicio para jugar con el equilibrio entre el
humor y el drama de los que antes hablábamos.
En el apartado gráfico Munuera hace
gala de su talento y nos regala unas páginas que son una auténtica delicia, con
un diseño de personajes y una recreación de escenarios y paisajes que no tiene
desperdicio. Su personal e inconfundible estilo a medio camino entre el
realismo y la caricatura (en el que no faltan guiños y homenajes a otros ilustres de la bande dessinée como Lucky Luke o Astérix, entre otros…) se presta tanto al servicio del gag
cómico como de las secuencias de acción más trepidantes. Una vez más el
colorista Sedyas une fuerzas con
Munuera para terminar de crear las exóticas atmósferas del relato, no tan
complejas como en anteriores trabajos suyos, pero sí más acorde con el espíritu
y formato de esta obra; que además juegan un importante papel en el desarrollo
narrativo de la misma, especialmente al establecer una clara separación entre los
flashback y la trama que transcurre
en el presente.
En definitiva, cinco números de una
serie familiar en la que no faltarán batallas navales, islas pobladas por peligrosos
nativos, enigmas y tesoros escondidos, sanguinarios piratas o patanes aventureros que nos
harán pasar unas fantásticas horas de lectura para todos los públicos.
La editorial Dibbuks ha sido la responsable de publicar la serie en España, al
módico precio de 14€ por tomo y que
este mismo año ha vivido la conclusión de la saga con la publicación de su
quinto y último número. Una oportunidad única para hacerse con una colección fascinante
e imprescindible para todos los amantes del género de aventuras. Y sin duda un
título al que le quiero conceder esta semana mi sello de aprobación del Capitán Latinoamérica.
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